Entre las frutillas rojas primaverales... paso por mi lado el rostro de la realidad, ligero y suntuoso.
no se escondia... no lo escondia... ese golpe, y ningún otro.
el corazón se endurece... y las lagrimas ya no corren a prisa... él es el culpable de todo... por ese "amor" asesino.
Muñequitos de papel... sorda piel.
no se quien llevaba a quien si la madre a la hija o la hija a la madre.
Muñequitos de papel, masapán y cordel... cuando se largue a llover quien nos va a guarnecer.
el rostro hinchado por los golpes, morado por los gritos, destrosado por los ojos de la niña que llora. el golpea.
Muñequitos de papel... sin laurel.
los caminos son de piedra... y tu fuerza mujer endurecen los pies... las asperezas te endurecen el alma, tus ojos fijos en el infinito... en solo segundos me dieron realidades adversas.
cuando siga caminando olvidare los pasos, las frutillas... todo lo que encontre a mi paso... pero el olor a flores no opaca el olor a pescado muerto... y no olvidare tu andar firme haciendose espacio entre las miradas agenas, inconcientes.
levanta tu puño, defensa Mujer!... debi gritar más que con los ojos... pero en un mundo de silencios el que grita pasa desapercibido... el que grita lo que siente no existe... esta desequilibrado... el que baila en la calle con la aritmia de la gente... no es más que un loco... en un mar de "cuerdos, lejanos y frios" espectadores del tiempo.
y que más...
nada para aquellas lágrimas derramadas por los golpes, por los gritos, por el machismo...
un laurel.
un grito.
un desprecio.